Es el caso de este curioso y, como decimos, utilísimo Acumulador de Suspiros (Sigh Collector), obra del diseñador Michael Kontopoulos. Un dispositivo que almacena en una bolsa los suspiros que vamos realizando a lo largo del día. Bueno, al menos, una cantidad de aire equivalente al expedido por nuestros pulmones.
Para ello nos hemos de colocar una cinta sensora rodeando el tórax y conectarla por un tubito a un cacharro cuyo funcionamiento no alcanzamos comprender. Mejor que, si les gustaría tener uno, lo construyas vos mismo siguiendo las instrucciones.
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